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(1949-2007)

Mariona Masgrau Bartis, nacida en Barcelona el año 1949, fue fundadora de la compañía La Fanfarra, junto con Eugenio Navarro y Toni Rumbau en 1976.

En 1973 tuvo que huir a Dinamarca ante una condena del entonces Tribunal de Orden Público de la España franquista por desórdenes públicos y propaganda política en el Universidad. Allí deja los estudios de medicina que había empezado en Barcelona y entra en la escuela danesa de artes plásticas de Holbaek, donde aprende cerámica y modelaje. Tras varios viajes por Europa (Italia, Turquía y Francia), decide instalarse con Toni Rumbau en Portugal, país al que llegan en agosto de 1974, pocos meses después de la revolución portuguesa del 25 de abril.

Su carrera como titiritera empieza en Portugal en el año 1975, cuando participa con el grupo “Os Bonecos de São Lorenzo e o Diablo” en las Campañas de Dinamización Cultural del MFA (Movimiento de las Fuerzas Armadas), con viajes a las Islas Azores y a la región de Viseu. En verano de 1975 visitan la región del Alentejo y Évora, donde piensan instalarse para crear su propia compañía de títeres. Pero la muerte de Franco en noviembre del mismo año cambia los planes de Mariona, que decide regresar a España con el regreso de la Democracia, tras pasar un largo periplo por Inglaterra y Dinamarca, afín de conseguir el permiso de entrada a España. Toda esta experiencia está profusamente narrada en el libro “Malic, La Aventura de los Títeres”, de Toni Rumbau, publicado por Arola Editores. Hay versión en catalán, y en portugués publicada por el Museu da Marioneta de Lisboa.

Regresa a Barcelona en 1976 y allí, junto con Eugenio Navarro y Toni Rumbau, fundan la compañía de teatro de marionetas La Fanfarra en el mes de noviembre.

Titiritera de taller y de escenario, de su autoría son todos los títeres de los primeros espectáculos de la compañía. Personajes como el aventurero ibérico Malic, la Tecla, el Capitán Cazalla, la Celestina del Ampurdán, Benalí y tantos otros nacieron de sus manos: las cabezas hechas de cerámica y los cuerpos vestidos también por ella. Son obras de aquella época títulos como “Malic en Babilonia”, “La Historia del Rey Triste”, “La Fuente de la Eterna Juventud”, “Los Pastorcillos”, “La Leyenda de San Jorge”, “Malic en la China” o “Malic en Nueva York”.

En aquellos primeros años, La Fanfarra actúa sobre todo en la calle, concretamente en la Plaza del Pi de Barcelona, donde se instalan durante más de dos años pasando el sombrero. Era la primera vez en la ciudad que, tras los años de la Dictadura, se veía teatro de marionetas en la calle, en una época todavía sin regulaciones ni experiencias de este tipo.

Más tarde, la necesidad de disponer de un teatro propio donde hacer lo que querían en libertad, La Fanfarra abre en noviembre de 1984 el Teatro Malic, un espacio pionero de la escena alternativa del país, en el que Mariona Masgrau participa en su dirección y gestión. Obras como “Calidoscopia”, “Las Aventuras de Malic”, “La Reina Blanca”, “Carmen”, “Malic Enamorado”, Europa, entre otras, se estrenan todas en la sala, mientras la compañía empieza a salir a los principales Festivales Internacionales de Europa. También en China, Turquía y Brasil.

En el año 1995, Mariona Masgrau inicia su carrera de titiritera en solitario. Nacen así originalísimos espectáculos centrados en el tema de la mujer, hechos en colaboración con autores como Ana Maria Moix, Joan Casas y Rafael Metlikovec. Destacan los títulos de “Mangalena”, “Constantina”, “Sophia”, “La Capsa de Joguines”, “De tanto que te quiero” y “El Despertar de las Pasiones”. Una etapa en la que colabora asíduamente con el cineasta Anastasi Rinos, el músico Octavi Rumbau (su hijo) y el escenógrafo José Menchero.

Tras cerrar el Teatre Malic en el año 2002, Mariona Masgrau inicia una nueva aventura con la abertura del Espai Fènix, un proyecto de Teatro-Taller que su muerte en 2007 interrumpió bruscamente.

Es importante hablar de sus marionetas, una impresionante colección compuesta por más de doscientas piezas, propiedad hoy de su hijo Octavi Rumbau Masgrau y que se encuentran cedidas al Museo del TOPIC, el Centro Internacional de Títeres de Tolosa, en el País Vasco. Desde entonces, sus marionetas han sido expuestas en Tolosa, San Sebastián, la India, China y Corea. Igualmente se hizo una exposición dedicada íntegramente a su obra en el TOPIC de Tolosa, inaugurada en octubre de 2012.

Tras su muerte, han sido numerosos los homenajes realizados a su memoria. Además de la exposición de Tolosa y el magnífico catálogo que el TOPIC dedicó a su figura, el Festival de Títeres de Bilbao, bajo los auspicios de Concha de la Casa, decidió crear en 2007 el Premio anual Mariona Masgrau que hasta el momento se ha dado ya a más de 15 mujeres titiriteras relevantes del mundo entero.

A destacar la obra pictórica de Mariona Masgrau iniciada en sus últimos diez años de vida, provista de una enorme fuerza y que no tuvo la oportunidad de ser mostrada en vida.

La figura de Mariona Masgrau se alzó en sus últimos años como un ejemplo de valiente afirmación del papel de la mujer, especialmente en su rol de creadora escénica y en su posicionamiento vital, siempre desde una óptica muy personal y enfrentándose a las complejidades propias de la vida, con los vaivenes emocionales que corresponden al paso de los años. Sus obras, fuertes, rompedoras y polémicas, chocaron al público español, despertando pasiones a su alrededor. Encandiló especialmente al público italiano, y muy en particular al de Brasil y Argentina, donde encontró a sus espectadores más afines y entregados. Su muerte truncó una de las carreras más interesante e innovadoras de su época, provista de una brillantez y de un atrevimiento poco habituales en el panorama titiritero del país.

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